El Plasma Rico en Plaquetas (PRP) es una porción de la sangre centrifugada que contiene concentraciones elevadas de trombocitos (plaquetas), el cual se emplea como tratamiento para diversas patologías.
Su uso se fundamenta en el hecho de que las plaquetas tienen un papel vital en el proceso de reparación y regeneración de tejidos, gracias a su elevada concentración de factores de crecimiento. Cuando ocurre una herida en alguna zona del cuerpo, las plaquetas acuden rápidamente para detener el sangrado y favorecer la cicatrización. En base a esto, los investigadores se plantearon el hecho de que, si podían extraer plaquetas e inyectarlas en zonas lesionadas del cuerpo, ellas acelerarían el proceso de curación de las mismas.
Para obtener el PRP, el profesional sanitario extraerá una muestra de sangre del paciente, la cual posteriormente será introducida en una centrifuga (máquina que gira a gran velocidad, separando los componentes de la sangre según sus densidades), de la cual resultarán tres capas: el plasma pobre en plaquetas, los glóbulos rojos y el plasma rico en plaquetas. Este último, será introducido en una jeringa para luego ser inyectado con agujas muy finas en las zonas a tratar.
La aplicación terapéutica del PRP data de 1997, cuando empezó a usarse para mejorar la consolidación de los huesos en cirugías orales y maxilofaciales. Luego se inició su uso en traumatología para tratar tendones y ligamentos lesionados, hasta llegar finalmente al área de la medicina estética.
El PRP suele aplicarse en el cuero cabelludo principalmente para tratar casos de alopecia androgénica, la cual es un tipo de alopecia no cicatricial en la que se prolonga la fase telógena (de caída) y se acorta la fase anágena (de crecimiento), además de haber daño y disminución del tamaño del folículo piloso. Este tratamiento detiene la caída, revitaliza el folículo, activa la raíz del cabello y favorece tanto el aumento de su diámetro como su densidad.
Además de usarse por sí solo, el PRP se emplea como tratamiento coadyuvante en muchos casos de trasplante capilar, pues permite mejorar los resultados obtenidos, ayudando en el proceso de curación postquirúrgico, favoreciendo el reforzamiento del cabello y permitiendo que éste crezca con una mejor calidad después de la operación.
Esta técnica se ha popularizado gracias a que sus ventajas son muchas, mientras que las desventajas de su aplicación son realmente pocas. Entre los puntos a favor podemos destacar que es un tratamiento no doloroso, mínimamente invasivo, ambulatorio (no requiere ingreso) y, por tratarse de un material autólogo (el plasma proviene del propio paciente) no habrá rechazo ni reacciones alérgicas, lo que permite que se le considere como seguro. En contraste, entre sus desventajas podemos mencionar el hecho de que algunos pacientes experimentan ligero dolor y sangrado en el sitio de la inyección, así como sensibilidad en el cuero cabelludo; además, por tratarse de una técnica que requiere de varias sesiones (alrededor de 6 al año en la mayoría de los casos), es un tratamiento a largo plazo, pero que sin duda merece la pena considerando los resultados satisfactorios que permite obtener.